lunes, mayo 25, 2009

Naturalismo científico y humanismo secular

Hace 2 años que abandoné este blog, entre otras cosas porque empecé uno nuevo en el que hablaba de mis vivencias en Italia.
Hoy lo vuelvo a retomar para que los poquitos que se metan aquí a leerme, se pasen por esta conferencia de Miguel Ángel Sabadell que me parece estupenda.

http://video.google.com/videoplay?docid=5287240736657879403

sábado, febrero 03, 2007

Sobre mezquitas y acueductos

Con el permiso de A. Pérez Reverte y del semanal XL, hago un copy-paste de su última publicación. Es la segunda vez que lo hago, pero esque adoro las columnas de este señor y su forma de escribirlas:

"Sé, sin que saberlo tenga mérito alguno, cómo acabará la polémica sobre el uso islámico de la catedral de Córdoba. Estando como estamos en España, y por muchas pegas que se pongan al asunto, todo será, tarde o temprano, como suele. Aquí es cosa de tener paciencia y dar la murga. Por eso apuesto una primera edición de El Guerrero del Antifaz a que, en día no lejano, veremos a musulmanes orando en la antigua mezquita árabe. Tan seguro como que me quedé sin abuela. Estamos aquí, señoras y caballeros. En la España pluricultural y polimorfa marca ACME. Donde todo disparate y estupidez tienen su asiento.

A ver si me explico. Si yo fuera musulmán –cosa imposible, porque me gustan el vino, los escotes de señora, el jamón de pata negra y blasfemar cuando me cabreo– pediría eso y más. Como acaba de hacer, por ejemplo, la federación de asociaciones islámicas, exigiendo que la Iglesia católica devuelva el patrimonio musulmán; o los descendientes de moriscos –échenle huevos y háganme un censo–, obtener la nacionalidad española. En un mahometano que se tome a sí mismo en serio, o le convenga parecer que se toma, todo eso sería normal, pues los deseos son libres. El problema no está en los que piden, que están en su derecho, sino en los que dan. O en la manera de dar. O en la manera cobarde, acomplejada, en la que cualquiera que tenga algo público que sostener en España se muestra siempre dispuesto a dar, o a regalar, con tal de que no le pongan la temida etiqueta maléfica: reaccionario, conservador o antiguo. En un país tan gilipollas que hasta los niños de las escuelas tendrán una asignatura que los adiestre para el talante y la negociación, donde en boca del presidente del Gobierno un terrorista asesino que desea salir del talego es un hombre de paz, donde hasta un tertuliano de radio puede decir, sin que nadie entre sus colegas lo llame imbécil, que a los españoles les sobra testosterona y ya va siendo hora de reivindicar la cobardía, lo absurdo sería no ponerse a la cola y pedir por esa boca pecadora. Faltaría más. La mezquita de Córdoba, o el acueducto de Segovia por parte del alcalde de Roma. Y si cuela, cuela.

No voy a ser tan idiota como para pretender explicar lo obvio: las iglesias tardorromanas o visigodas anteriores a las mezquitas árabes, los ocho siglos de afirmación nacional, etcétera. Sólo argumentarlo es dar cuartel a quienes utilizan nuestra bobería como arma. Lo que quiero destacar es el hecho invariable del método. En España, basta que alguien plantee una estupidez de grueso calibre, sea la que sea, para que, en vez de soltar una carcajada y pasar a otra cosa, siempre haya gente que entre al trapo, debatiéndola con mucha seriedad constructiva, con el concurso natural de los malintencionados y de los tontos. En eso vamos a peor. Hasta hace poco sólo soportábamos a los paletos de campanario de pueblo empeñados en reducir el mundo al tamaño del rabito de su boina. Pero en vista del éxito, todo cristo acude ahora a mojar en la salsa. A qué pasar hambre, si es de noche y hay higueras.

Por eso digo que acabarán orando en Córdoba. Tienen fe, poseen el rencor histórico y social adecuado, y han tomado el pulso a nuestra estupidez y nuestra cobardía. Tampoco merece conservar catedrales quien no sabe defenderlas: no por motivos religiosos –dudoso argumento de tanto notable chupacirios–, sino porque esas catedrales construidas sobre mezquitas o sinagogas, que a su vez lo fueron sobre iglesias visigodas asentadas sobre templos romanos o lugares sagrados celtas, son libros de piedra, memoria viva de lo que algunos todavía llamamos cultura occidental. Un Occidente mestizo, por supuesto, como siempre lo fue; pero con cada uno en su sitio y las cosas claras. Como ya escribí alguna vez, hicieron falta nueve mil años de memoria documentada desde Homero, dos siglos transcurridos desde la Revolución francesa llenos de sufrimiento y barricadas, y unos cuantos obispos llevados a la guillotina o al paredón, para que una mujer goce hoy en Europa de los mismos derechos y obligaciones que cualquier hombre. O para que yo mismo tenga derecho –lo ejerza o no– a escribir «me cago en Dios» sin que me metan en la cárcel, me persigan o me asesinen por blasfemo. Quien olvida eso y se la deja endiñar en nombre del qué dirán y el buen rollito, merece que le recen en Córdoba o lo pongan mirando a La Meca. Y que cuando su legítima pase con falda corta frente a la mezquita-catedral, símbolo de la multicultura, del todos somos iguales y del diálogo de civilizaciones, otra vez la llamen puta."

domingo, enero 14, 2007

Altruismo

Altruismo. Existe realmente? Quién no se ha preguntado esto alguna vez? Siempre he pensado igual, y supongo que nadie me lo negará: todo lo que se esconde detrás de las limosnas, favores desinteresados y labores en las misiones es egoísmo puro. Claro que, el egoísmo de “yo miro por mí y los demás que se busquen las habichuelas” no está socialmente aceptado, porque a todos nos gusta (por egoísmo también) que se nos eche una mano.

Hasta aquí no creo que haya descubierto América. Lo curioso es lo que he leído en el MUY INTERESANTE del mes pasado, y son los motivos del altruismo. Tanto en animales como en humanos, cuanto más cercano sea el parentesco familiar, más alto será el grado de altruismo porque más probabilidad habrá de que nuestros genes sobrevivan más generaciones. No es fascinante? Imagino yo que aquí entrará el tema del instinto maternal. Dicen que una madre es capaz de sacar energía de donde no la hay para sacar a su hijo de un peligro, una energía que dudo que le salga con el primo del panadero. La cara vista es que, indudablemente, nuestros hijos son lo que más queremos en el mundo y es verdad. La cara oculta es que sin nosotros ser consciente de ello, hacemos lo posible por perpetuar nuestra especie, y más concretamente nuestros genes. Esto, dicen los científicos, también es verdad.

La segunda justificación a un comportamiento “sin recompensa” es la reputación de cada uno. El hecho de que una buena obra sea reconocida a nivel social hace que seamos más altruistas. Nos encanta decir que somos donantes de sangre, que hemos apadrinado a un niño o que hemos pasado el verano en un campo de trabajo plantando árboles. La cantidad de famosos que salen en la tele visitando a los niños africanos! ¿los visitarían si nadie se enterara de ello? Un experimento llamado “efecto Kismet” demostró cómo la gente donaba un 30% más por el hecho de tener presente un robot con un par de ojos! Y seguramente, si publicaran cada día una tira de fotos de todas las personas que, por ejemplo, reciclan, esto nos motivaría para ser más ecologistas.

Cuando se trata de ayudar a personas, aumentan las probabilidades de que sea un “hoy por ti, mañana por mí”. Una persona que, por ejemplo, sea creyente, encontrará su recompensa en la salvación que Dios le dará en la otra vida, ya que Dios tendrá en cuenta lo generoso y sacrificado que es en el mundo terrenal. Porqué cuando estamos locamente enamorados somos capaces de cualquier cosa por conseguir a la persona amada? Porqué la tratamos mejor que a ninguna persona en el mundo sin querer recibir nada a cambio? Pues porque a fin de cuentas, la recompensa será sentirnos amados por esa persona. Y sino, porqué dejamos de desvivirnos cuando esa persona nos rechaza o simplemente deja de gustarnos? Porque ya no interesa.

Por si todo esto fuera poco, una obra altruista en ocasiones nos produce un efecto físico: segregan la “hormona de la felicidad”, las endorfinas (las mismas que segregamos con el orgasmo, con el deporte o con las carcajadas). Claro que depende de la acción, ya que no es lo mismo llevar unas pilas a reciclar que ir a recoger chapapote a Galicia.
Asumámoslo: lo malo no es ser egoísta. Lo que es castigado es hacer cosas egoístas que no casan con las normas sociales. Las que sí casan, no son consideradas egoístas.

martes, enero 02, 2007

La tradición de las uvas

Desde los inicios del Imperio Romano, enero estaba dedicado al dios bifronte Janus, que mira delante y detrás: al año que se va y al principio del que viene, por eso le representaban con dos rostros, uno barbudo y viejo y el otro jovencito. Los romanos invitaban a comer a los amigos y se intercambiaban miel con dátiles e higos para que pasase el sabor de las cosas y que el año que empezase fuese dulce. Esta vieja costumbre romana fue poco a poco entrando en Europa, donde con la misma finalidad venturosa comenzaron a ofrecerse lentejas, de las que se dice que propician la prosperidad económica del año que empieza. En la Edad Media la Iglesia trató de oponerse a las viejas costumbres, pero no consiguió extirpar la atmósfera disipada de, la noche de San Silvestre, que se mantuvo como la última isla pagana de las doce noches navideñas (las comprendidas entre la Navidad y la Epifanía), que la Iglesia consideraba como periodo de renovación para mejorar el año venidero. La cena de Nochevieja, el 31 de diciembre, empezó a convertirse en una festividad de moda desde principios del siglo XX. A diferencia de la cena de Nochebuena, se trata de un rito de carácter público que se celebra entre amigos, en casa de alguno de ellos o en algún establecimiento hostelero.
En España, la tradición de despedir con uvas el año parece ser que data de 1909.

Pues eso, que si no nos comemos las uvas tampoco nos traerá mala suerte, porque es lo mismo que si yo me invento mañana que en lugar de 12 uvas hay que bailar 12 sevillanas.

tradiciones

FIN DE AÑO
Desde los inicios del Imperio Romano, enero estaba dedicado al dios bifronte Janus, que mira delante y detrás: al año que se va y al principio del que viene, por eso le representaban con dos rostros, uno barbudo y viejo y el otro jovencito. Los romanos invitaban a comer a los amigos y se intercambiaban miel con dátiles e higos para que pasase el sabor de las cosas y que el año que empezase fuese dulce. Esta vieja costumbre romana fue poco a poco entrando en Europa, donde con la misma finalidad venturosa comenzaron a ofrecerse lentejas, de las que se dice que propician la prosperidad económica del año que empieza. En la Edad Media la Iglesia trató de oponerse a las viejas costumbres, pero no consiguió extirpar la atmósfera disipada de, la noche de San Silvestre, que se mantuvo como la última isla pagana de las doce noches navideñas (las comprendidas entre la Navidad y la Epifanía), que la Iglesia consideraba como periodo de renovación para mejorar el año venidero. La cena de Nochevieja, el 31 de diciembre, empezó a convertirse en una festividad de moda desde principios del siglo XX. A diferencia de la cena de Nochebuena, se trata de un rito de carácter público que se celebra entre amigos, en casa de alguno de ellos o en algún establecimiento hostelero.
En España, la tradición de despedir con uvas el año parece ser que data de 1909.

Pues eso, que si no nos comemos las uvas tampoco nos traerá mala suerte, porque es lo mismo que si yo me invento mañana que en lugar de 12 uvas hay que bailar 12 sevillanas.

viernes, diciembre 29, 2006

Mis recuerdos del 2006

ENERO: Exámenes y más exámenes...

FEBRERO: Viaje a Zaragoza y a Candanchú. Mi primera visita a la nieve.
Carnavales de Cádiz, no tan buenos.

MARZO: Noche de Monopoli y pelis en Espartinas
Espectacular concierto de Ivan Ferreiro.
Comienzo a trabajar de camarera en Zarabanda.
Viaje a Granada.

ABRIL: Viaje a Marbella.
Viaje a Madrid, genial como siempre.
Feria de Sevilla.

MAYO: Un 9.5 en el primer parcial de programación.
El sevilla gana la UEFA y nosotros lo celebramos por todo lo alto.
Gran noche en Sanlucar con todas mis amigas.
Otro gran viaje a Marbella.
Nuestra primera actuación de flamenco en público.
Por fin me apunto a una autoescuela

JUNIO: Otro 9.5 en el segundo parcial de programación, y por tanto,mi primera matrícula.
Viaje a Los Caños.
Final Rolland Garros Nadal-Federer.
Las mañanas y las tardes estudiando con Paco.

JULIO: Nuestro concierto tributo a HIM en la sala Q de Sevilla.
Viaje a Madrid.
Camino de Santiago.
De Santiago a Bilbao con los peregrinos.

AGOSTO: Un verano en el Puerto de Santa María.

SEPTIEMBRE: Mi primer cumpleaños en una biblioteca.
Concierto increíble de George Michael en Madrid.
Nuevo ingreso en Informática de Gestión.
Apadrino un árbol en Guadalajara.


OCTUBRE: Nuevos Erasmus llegan a Sevilla
Concierto de Muchachito Bomboinfierno.

NOVIEMBRE: Viaje a Londres

DICIEMBRE: Fin del botellón en casi toda Andalucía.
Fin de año en Granada.



Balance del año: Muy positivo. Con diferencia es el año que más he viajado y espero que de aquí en adelante siga siendo así, pocas cosas me gustan tanto...He hecho grandes amigos desde Bilbao hasta Isla Cristina que ojalá me duren para siempre. He empezado a poner en práctica que la felicidad consiste en darte cuenta de que nada es demasiado importante. Tengo un trabajo excelente que adoro en todos los sentidos. He dejado de fumar.

Propósitos: Sacarme el carnet. Sacarme Febrero y Junio limpio, y por tanto encerrarme desde el 7 de enero en una biblioteca. Buscarme una beca erasmus 07/08 para irme a aprender inglés, o en su defecto irme a Madrid a hacer mi (ojalá) último año. Leer más. Hacer la dieta de la Zona! Repetir el camino de Santiago desde Ronces-Valles. Ir más al cine, que como mucho habré ido este año 6 veces (qué verguenza!!). Aprender a programar a php, que me da una pereza horrible, pero hay que hacerlo....

Feliz año a todos.

martes, noviembre 28, 2006

Botellódromos

Pues sí, parece ser que a partir de hoy se empieza a aplicar la ley seca en Andalucía. Ojo, que de seca tiene poco, porque la propuesta de los ayuntamientos no consiste en fomentar otro tipo de diversión entre los jóvenes que no se centre en el alcohol. La prioridad ahora mismo es que no molestemos a los vecinos, y la solución es meternos a todos (en el caso de Sevilla) en una parcela cercada en la Cartuja y que allí nos bebamos el agua de los floreros, si nos apetece.

El alfalfa es mi calle favorita para ir de bares en mi ciudad. Casi todos los fines de semana salgo por allí por varias razones. Es una calle muy estrechita y muy cortita en pleno casco antiguo, pero hay bares con copas muy baratas, un ambiente bueno(tranquilo, a pesar de que se llenen las aceras hasta la bola), muchísimos guiris y muchísima gente que conozco. La verdad es que ya hace tiempo que no hago botellón, pero la cosa es que pido las copas en un bar y me lo llevo a la calle por 2 motivos: porque en el sur tenemos la suerte de estar en la calle en la gloria sin pelarnos de frío, y porque los bares son tan pequeños que no se cabe. Entonces los vecinos tienen que estar hasta las narices de nosotros, no quisiera estar en su lugar y la verdad es que los entiendo y por respeto a ellos, aunque me duela en el alma que a mis noches en el alfalfa ya se les haya puesto un punto y final, pienso que es coherente que les dejemos vivir en paz.

La cosa es que claro, mi gente y yo ya nos estamos haciendo mayorcitos y ya no hacemos botellón por sistema (aunque siguen cayendo). Pero lo malo es que no somos lo suficientemente mayorcitos como para gastarnos 25 euros en copas (o los que trabajamos igual sí, pero no queremos), y la solución que se nos ofrece es que nos vayamos a un recinto enorme con un ambiente que dudo que sea el nuestro solo para que nos emborrachemos con nuestros botellones. Porque claro, los precios del alfalfa es difícil encontrarlos, y si seguimos yendo para allá tenemos que quedarnos dentro del bar porque fuera está prohibido...y dentro resulta que no se cabe!!

En lo que a mí me incumbe me gustaría que se pusieran más facilidades para que las personas que no somos de ir a discotecas de pachanga todos los viernes sigamos teniendo sitios adonde ir de un rollo más tranquilo, porque dudo mucho que nos metamos en los botellódromos (muy bien se lo tendrían que montar para que nos llamen la atención). Me refiero a más locales tipo bares alfalfa, que no cierren a las 3 de la mañana, a ser posible que no sea música pachanguera, y lo más importante, las copas baratas. Y respecto a los botellódromos...espero que no duren mucho, porque si duran es porque entonces la juventud le importa tres pepinos al ayuntamiento. Y no me extrañaría.

martes, noviembre 21, 2006

Abrazos gratis

Son contadas las veces que leo un email cuyo asunto empiece por "Re:". Sin embargo hoy me ha dado por abrir uno y me he alegrado de ello.

El motivo del correo es una iniciativa que se emprendió en Australia y que se está extendiendo a otros lugares del mundo (os pongo el link del video, es mucho más interesante verlo que contarlo).
http://www.youtube.com/watch?v=vr3x_RRJdd4

Abrazos gratis. Esas son las palabras que pone en el cartel del chico del video, el cual va transitando por las calles esperando encontrar la mirada de alguien que no le tome por loco ni por payaso, y que tenga la espontaneidad de acercarse a darle un abrazo.
Estoy segura de que muchos piensan que esto es una gilipollez, una llamada de atención como otra cualquiera, algo que solo se le ocurriría a un chavalín que no tiene nada que hacer. Toda opinión es respetable pero, ¿Somos conscientes de la importancia que puede tener para otros recibir ese abrazo?

Nos pasamos el día tan ocupados que no nos dedicamos tiempo a nosotros mismos. El trabajo es más importante que nuestras necesidades, incluso las necesidades de un amigo tienen mayor prioridad que hacer algo por nuestro bienestar pesronal. El estress se transforma en introversión, agresividad...pero apenas le damos importancia, "ya se nos pasará".
Sin embargo está científicamente probado que el contacto físico es vital para nuestro espíritu y nuestra mente. En el contacto físico se producen alteraciones fisiológicas que incluso se pueden llegar a medir. A los niños siempre se les tiene arropado en mimos. Es lo normal: son niños, tienen que crecer felices, con la autoestima bien alta. Por si era poco, fomenta el altruismo, ayuda a dormir, robustece el sistema inmunológico y reduce la depresión, el dolor y el estres.

Sin embargo, cuando nos hacemos mayores, pues eso: somos mayores. Los abrazos son incluso propios de personas inmaduras cuando se realiza en exceso, motivos de burlas,son indecentes, osados en casi cualquier lugar que no sea íntimo e incluso motivo suficiente para romper una pareja. Lo más gracioso es que con esto pasa lo mismo que con el sexo: que todos los necesitamos para sentirnos felices, pero sin embargo todos lo criticamos de terceras personas. Seguimos dando más importancia a las apariencias que al bienestar personal, qué imbéciles somos!

El caso es que a mí se me han puesto los pelos de punta viendo el video del chico de Australia, porque estoy convencida de que para muchos de ellos, los que lleven años sin recibir un abrazo, ese momento se les quedará grabado de una forma increíble.

El sábado 25 de Noviembre se ha convocado una cita en Sevilla en la plaza del ayuntamiento, para que todo el que quiera vaya con su cartel dispuesto a dar (y recibir) unos segundos de afecto a cualquier desconocido.