Cada mañana, normalmente a eso de las 8, me dispongo a pillar la línea 6 del Tussam que me lleva hasta mi facultad. Bueno, una cosa es que a las 8 me disponga, y otra que a esa hora llegue el autobús...Y si no que se lo pregunten a la cantidad de pasajeros en cólera que suben reclamándole al conductor:
“Pero ¡Hombre! Que llevamos más de media hora aquí esperando” “ Anda que no ha tardado usted nada!” “A ver si ponéis más autobuses, eh?”
Normalmente los conductores se callan, supongo que porque ya están acostumbrados, y por un oído les entra y por el otro les sale. A veces, me dan ganas de decirles “Señora, éste hombre es un currante y ni se ha parado a tomarse una cervecita por el camino ni tampoco está en su mano la falta de transportes. Si tiene quejas váyase al ayuntamiento, pero deje de tocarle los huevos al buen señor”.
Una vez que ya entras en el Tussam, puedes escuchar todo tipo de quejas, según lo que vaya ocurriendo. Si ocurre la desgracia de que el bus se quede tirado y haya que cambiarse de coche, todas las broncas van para el conductor.
“No hay derecho hombre!! Que llevamos aquí media hora esperando y ahora encima hay que cambiarse. Y encima me quedo sin asiento!!”
Pero señora, usted no se da cuenta de que el chofer no se ha cargado el bus con intención de putearla??
Pueden pasar otras cosas como que el conductor tenga que pegar un frenazo, que se rompa en pleno julio el aparato del aire acondicionado (lo cual en Sevilla es algo insufrible), que haya atasco, que tarde un poco más de la cuenta en abrir la puerta de salida.....
“Joder, este conductor está loco!”, “Vaya frenazo, por poco me tira de boca eh?”, "Shofeeee ponga el aireeeeee!!!",“QUILLOO, ABRE LA PUERTA!”
Lo de “quillo, abre la puerta” fue buenísimo, sobre todo porque era un señor de unos 75 años, y es curioso porque luego son las personas mayores las que siempre exigen más respeto...
He puesto el ejemplo del autobús porque es el que más a diario vivo y el que más me sca de mis casillas. En realidad es un ejemplo de los miles que podría haber puesto, todos con un mismo denominador común. Y esque los oficios destinado a un servicio social, ya seas camarera, chofer, abogado o médico, tienen que tragar lo que no hay escrito. La gente no les pasa ni una, ya que con alguien tienen que pagar sus cabreos/insatisfacciones/estrés con faltas de educación y caras de poker...Siempre nos olvidamos de que quienes nos ofrecen sus servicios también son personas. Y al conductor también le gusta que, cuando subamos al autobús, le dediquemos una sonrisa y un “buenos dias!”
martes, mayo 09, 2006
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